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Freud y sus aportaciones a la filosofía de vida

Si ha habido un filósofo que realmente revolucionó la idea que se tenía de la mente del ser humano y nos hizo empezar a considerarnos de manera muy distinta a como lo veníamos haciendo, sin duda ese fue Sigmund Freud. El padre del psicoanálisis no era filósofo, sino un científico de primer orden, como médico y neurólogo; sin embargo, su intelectualismo no daba descanso a su mente, y sus teorías revolucionarias sobre la psique del ser humano cambiaron la concepción que teníamos de nosotros mismos, y aún se siguen analizando a día de hoy, teniendo tanto defensores como detractores.

Pero aún entre aquellos de directamente se niegan a aceptar ninguno de sus pensamientos como válidos, están de acuerdo que sus ideas no han dejado de tener un gran impacto en la historia. Y lo más curioso es que lo han tenido en campos que, en su época y mucho tiempo después, aún no se habían desarrollado, como es el caso de la fotografía y el cine. Aún sin saberlo, Freud ha tenido una gran influencia en grandes directores del siglo XX, que se aferraron a sus ideas sobre la sexualidad y el erotismo, creando las películas más excitantes de toda la historia del celuloide, inspiradas en las tesis del psicoanalista. Estas películas fueron esencialmente de producción europea, cuya forma de hacer sino siempre ha sido más intimista y profunda que el gran cine comercial de Hollywood, aunque hay excepciones, por supuesto.

Algunas de estas obras del celuloide no son abiertamente sexuales, sino que juegan con el erotismo con gran habilidad para hacer que el deseo sexual se despierte en el público. Puede parecer algo extraño que algo así pueda ocurrir, pero sólo te reto a que lo intentes por ti mismo, y decidas si eso funciona contigo. La gran mayoría del público está acostumbrado a las películas porno online, a la que ahora hay un acceso sin límite y que, digámoslo francamente, consigue su objetivo a los poco minutos de estar visionándolas. No hay misterio en que la líbido se ponga por las  nubes al ver a una pareja, hetero u homosexual, follando o teniendo sexo en otras mil formas; de seguro, es la imaginación y no el subconsciente la que juega aquí el papel primordial. Pero para eso se inventó la pornografía en sus múltiples variedades, no es precisamente esto lo que el cine erótico y sus directores están buscando, nada de eso.

El erotismo ha jugado un gran papel en las relaciones humanas, y Freud lo dejó muy claro, cuando señaló que nuestra mente guarda cosas en secreto a veces incluso de nosotros mismos. Él quería sacar estas cosas a base primero de hipnosis, y después del psicoanálisis, pero los directores de cine erótico buscan exactamente todo lo contrario: dejarlas donde están y activarlas. Porque ese es el enganche de este tipo de cine; no había manera hace unos años gracias a la censura de la época en muchos países de mostrar escenas abiertamente sexuales en pantalla, aunque la verdad tampoco era eso lo que pretendían. Estos grandes creadores querían hacer que nuestra mente despertara poco a poco a la sensualidad, y dejar la excitación y el deseo sexual completamente a nuestro cargo, lo que fuera que podría hacer nuestra imaginación.

¿Y ahora, qué recorrido tiene el cine y el erotismo juntos? Pues mucho me temo que la cosa no va ya tan bien, aunque se siguen haciendo intentos. Pero los grandes directores ahora se inclina por otro tipo de obras más comerciales, porque también la industria del cine ha cambiado; y sinceramente, el público ya no es el que era. Ahora no hay manera de sorprender a nadie con ningún tipo de escena candente, porque seguramente el espectador ha visto cualquier cosa más fuerte mientras navegaba por internet la noche anterior. Así que, amigos, no estoy seguro de que Freud pueda seguir influenciando al cine actual y futuro.